sábado, 7 de diciembre de 2013

EL TEXTO Y EL DISCURSO COMO UNIDAD LINGÛÍSTICA


Después de haber leído y analizado grupalmente los datos acerca del texto y el discurso, hemos llegado a la idea de que son construcciones definitivamente diferentes pero necesariamente complementarias.
Antiguamente las palabras texto y discurso se concebían como sinónimos y eran usadas indistintamente.
Autores como Beaugrande y Dressler consideraban  inútil y una pérdida de tiempo establecer las supuestas diferencias existentes entre ambos términos, pues lo que para algunos lingüistas es “texto”, para otros es “discurso”. Más aún, en algunas lenguas sólo existe uno de los términos.
Según lo estudiado vemos que  algunos teóricos como Cassany (1998) manifiestan que texto es cualquier manifestación verbal y completa que se produce en una comunicación. Esta idea nos lleva a inferir que el discurso es un texto.  Bernández (1982) también manifiesta que texto es “la unidad lingüística comunicativa verbal  humana y destaca por su carácter comunicativo, pragmático y estructurado. Este concepto también nos orienta a ubicar al discurso como una de las manifestaciones del texto.
Cassany (1998) también nos presenta una serie de características del texto, como la adecuación al propósito comunicativo, a las personas a quienes llega el mensaje, al nivel de formalidad de la circunstancia comunicativa; coherencia que se quiere comunicar y cómo se va a realizar; cohesión articulada del texto, vinculando las palabras; la estilística, que se refiere a los recursos que se utiliza para embellecer al texto; y, la presentación que está relacionada con las normas  y convenciones y la habilidad de los interlocutores. Si el discurso reúne estas características podemos sostener que éste también es un texto.
Creemos, además, que la clasificación del discurso está relacionada con la intencionalidad del texto, el propósito de éste y lo que se quiere transmitir; de allí podemos desplazar una tipología variada discursiva, entre ellas podemos destacar: Según las intenciones, como la significación que predomina podemos obtener discursos donde prima el conocimiento, como también  la función estética  o la argumentación; por otro lado según las propiedades formales encontraremos discursos que dependen del contexto y de propósitos particulares que exigen un determinado grado de formalización como los formales e informales; además según los niveles del habla dan origen a tres grupos de discurso: El coloquial, el técnico y el literario. Como se puede comprender existen varias formas de clasificar un discurso y por lo tanto el análisis puede interpretarse de distintas formas según el oyente o la información que contenga, en este aspecto del análisis dependerá de los esquemas y factores emocionales, formales y cognitivos de los receptores u oyentes.


Por consiguiente texto y discurso  se integran formando una unidad, pero ambos mantienen  independencia: el texto tiene una organización interna bien precisa con reglas de gramática, puntuación, coherencia, que garantizan el significado del mensaje y el éxito en la comunicación, mientras que  el discurso se concreta en tres dimensiones: lenguaje, cognición y sociedad.